Imagínate la situación: Barcelona, Plaza Cataluña, a las 13h de un viernes. Un grupo pequeño y silencioso de clientes entra en el vestíbulo del Deutsche Bank, uno de los grandes bancos que financian con más convicción las energías no renovables en todo el mundo. El grupo se queda mudo y con caras tristes, alguien incluso empieza a llorar y sollozar. Las puertas se abren de nuevo: entra un predicador vestido de blanco, mientras que una mujer, una madre, se acerca y la multitud se abre para dejarla entrar ...
"El Reverendo Billy y la Iglesia del Stop Shopping inventan extraños rituales en las sedes de los grande bancos, interrumpiendo el teatro propio de esos lugares. Al mismo tiempo que están financiando buena parte de las emisiones de C02 en el planeta, los bancos mantienen en sus oficinas una presencia teatral abrumadora. Todo el ambiente transmite tranquilidad, seguridad, está todo a punto, lleno de eslóganes... Los bancos obligan a tener la impresión que no se los puede cambiar: ahora son lo común a todos e inamovibles.
El Exorcismo de los cajeros automático del Bank of America; construir esculturas como montañas hechas de tierra de los Apalaches, bajo la esvástica de color azul cielo en los vestíbulos de Chase, pasando de mano en mano información sobre la eliminación de las cumbres de montañas enteras; o coreando la canción "Big Banking" en el recibidor de la UBS... Creamos rituales, marcos en que la gente pueda entrar. El resultado es una invasión de gestos. Todo esto son "interferencias" o "Culture Jamming", "gamberrismo" o "Pranksterism", pero éstas no son más que palabras que utilizamos por conveniencia.
Creemos que el impacto de estas acciones se lo llevan los activistas cuando se van, en sus cuerpos. Es posible que alguno de los trabajadores de estos bancos tras nuestros rituales podría ponerse a investigar las prácticas de financiamiento de su institución. Los transeúntes pueden quedar atrapados en esta espiritualidad divertida, cómica - una combinación tan poco probable como atractiva. El impacto más grande lo hemos visto mientras nos preparábamos y luego cuando cantamos, rezamos, realizamos coreografías - dentro de un lugar dedicado a la vacuidad del papel de consumidor. La plenitud que golpea el vacío. Como un bosque invadiendo un parking de un gran centro comercial".
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