“boy, when you combine sociopaths with pissed off altruists, get the fuck out of the way” #anonymous #writing
Hace años, Gabriella Coleman empezó a documentar el surgimiento de Anonymous como movimiento global. Ella, al fin y al cabo, era una antropóloga que - en vez de investigar tribus de culturas lejanas - había decidido estudiar las comunidades de programadores de software libre. Conocía y respetaba la cultura hacker, frecuentaba sus encuentros, estudiaba la manera de comunicar y de construir comunidades tecno-políticas sin complejas reflexiones teóricas, más bien al son de chats, jerga, bromas, mitologías, rituales y, por supuesto, un trabajo muy concreto de coordinación y de programación.
Alrededor de 2008-2010 Anonymous, para muchos, no era más que una masa informe de nicknames salidos de los brotes subculturales de 4chan que, por alguna razón, habían escogido a Scientology como diana de ingeniosas formas de sabotaje y protesta, tanto en las redes como en la calle. Al cabo de poco tiempo, en el bienio 2010-2011 Anonymous emergió como un actor clave en la defensa de WikiLeaks, en las revueltas populares del norte de África y en la ola de movimientos populares culminados con el 15M español y Occupy Wall Street.
En todo este periodo y hasta el día de hoy, Gabriella Coleman acabó conectando de manera muy estrecha con Anonymous, oscilando entre la posición de narradora, intérprete y confidente de un movimiento inimaginable fuera de la era digital por su identidad fluida y su capacidad de coordinación de acciones colectivas. También un movimiento con una importante preponderancia masculina y con grandes tensiones internas entre avatares con subjetividades inciertas, altruistas indignados y sociópatas escondidos detrás de un teclado.
La experiencia en primera persona de Gabriella Coleman nos lleva a un viaje apasionante que muestra las coordenadas fundamentales de Anonymous y su relación con las más relevantes culturas digitales autóctonas de la época del World Wide Web: ¿qué poder se esconde tras los LULZ y una máscara robada a la cultura popular? ¿Cómo conecta la irreverencia de un movimiento sin cabeza con las diferentes culturas hacker y hacktivistas? ¿Qué ocurre cuando unos trolls deciden compartir objetivos y convertirse en identidad sin nombre, cuerpo sin órganos, extraño sujeto capaz de actuar? Y finalmente, ¿cómo se ha transformado la identidad efímera de Anonymous a lo largo de estos últimos años?
