A partir de mediados de los Noventas, Internet demostró ser una plataforma poderosa para los artistas que querían eludir el sistema del arte tradicional y llevar su trabajo directamente al espectador (más a menudo un usuario, un colaborador o un "prosumidor"), fuera de cualquier marco institucional.
Tras los experimentos pioneros de los primeros años , para muchos artistas Internet dejó de ser la única plataforma legítima de actividad y la mayoría de ellos se reconcilió con el mundo del arte. Sin embargo, hoy en día Internet es todavía un entorno radical, elegido a menudo para realizar proyectos y experimentos imposibles en otros entornos. Sigue siendo el lugar donde, según Bijörk, puedes acuñar tu propia moneda, hacer tu propio sello, defender tu idioma, hacer tu propia bandera e izarla. Es tu estudio, tu sala de exposición y tu público. Es el lugar donde el arte simplemente ocurre, sin marcos ni etiquetas, donde se encuentra con prácticas populares y, a veces, se funde con ellas. De una manera parecida a lo que fue el video en los años setenta, es "la plaza vacante del arte".
Los proyectos creativos que se desarrollan en la red pueden migrar a otros lugares, pero en la red necesitan a menudo la invención de contextos propios y de sus plataformas, construidos y plasmados a veces por los mismos artistas y percibidos a su vez como operaciones artísticas. Se trata de plataformas basadas en la creación de relaciones, donde el arte - siguiendo la mejor tradición del net.art - se da ahí donde hay diálogo, intercambio, manipulación colectiva de imágenes, datos, archivos y mitos.
Raise Your Flag! es de alguna manera un homenaje a los dos proyectos que lo acojen: el festival The Influencers y la serie de los Speed Shows, comenzada por el artista Aram Bartholl en el 2010, que reivindica el espacio público (un cibercafé) como un espacio de exposición.
Este Speed Show recopila proyectos que son, ante todo, plataformas: lugares de encuentro, discusión y organización de eventos online y offline; plataformas de producción que ofrecen herramientas sencillas que pueden ayudarte a unirte a la corriente sin fin de obras; agregadores de contenido seleccionado o totalmente abierto; blogs de grupo; trabajos más personales que son ellos mismos a la vez el punto de partida de un proceso creativo.
A los "usuarios" damos una sugerencia: que no se limiten a mirar, explorar y disfrutar de los contenidos, sino que participen, contribuyan, creen y compartan nuevos contenidos. Si no, que roben la idea, la mejoren, empiecen una nueva plataforma. Y que levanten su bandera.
Domenico Quaranta y The Influencers, 2011